domingo, 10 de mayo de 2015

BELLAS ARTES


Museo Fray Pedro Gocial

El museo Fray Pedro Gocial está ubicado en una de las plazas más tradicionales de quito en la plaza de san francisco, el museo que contiene 6 salas de exposición, se encuentra dentro del convento franciscano el cual contiene piezas de arte religiosa obras muy importantes de la escuela quiteña los cuales vamos a ver a continuación.

SANTOS TERCIARIOS FRANCISCANOS: Siglo XVII, atribuidos a Andrés Sánchez Gallque.
Este conjunto de cuadros son los más antiguos que se conservan aquí en el Convento y son de un valor incalculable en un total de 15, representan a los terciarios que como se observa fueron en su mayoría reyes y reinas europeas que entregaban sus bienes a los pobres, siguiendo el ejemplo de San Francisco y también ayudaban a la construcción de iglesias, conventos y monasterios. Esto lo hacían con la única finalidad de dejar sus riquezas en la tierra y asegurar estas mismas en el cielo. Tienen una corona en su cabeza para demostrar su categoría de reyes; y una corona y cetro en el piso como símbolo de renuncia a los bienes materiales, el hábito franciscano que representa la relación que tenían con la comunidad franciscana. Esta colección está atribuida a Andrés Gallque, pintor de origen indígena quien tuvo que adoptar sus apellidos españoles para que sus obras de arte fueran reconocidas, Gallque se formó en la, primera escuela de Artes y Oficios San Andrés fundada en la época virreinal en 1557 y que tuvo gran trascendencia a nivel latinoamericano. Sin embargo algunos historiadores destacados, entre ellos el Padre Agustín Moreno franciscano de esta casa, afirman que esta serie de cuadros pertenecen a las manos artísticas de Fray Pedro Gocial.

SAN FRANCISCO DE ASÍS Y LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS: Siglo XVII, Atribuido a Mateo Mexía. un pintor de origen español reconocido a nivel mundial.
Aquí podemos observar que San francisco tiene las mismas llagas o estigmas que tuvo Jesucristo; se encuentra rodeado de algunos santos de la orden terciaria, también están Santa Clara de Asís, Fernando de Aragón, fue uno de los principales terciarios y San Roque con un perro lamiendo sus heridas, lo que representa, cuando él adquirió una enfermedad en su rodilla se alejó a las orillas del río Po (Italia) y un perro era el encargado de llevarle el alimento todos los días. En la parte superior tenemos la Santísima Trinidad, al lado derecho encontramos al Padre Eterno que sostiene con una mano la bola del mundo y con la otra el cordón franciscano, en el centro el Espíritu Santo representado con una paloma y al lado izquierdo Jesucristo sosteniendo una cruz y el cordón franciscano. En la parte inferior derecha el Escudo Franciscano con el brazo de Jesucristo unido al de San Francisco en la cruz. Este cuadro es importante ya que es uno de los pocos de ese tiempo que lleva la firma del autor, por lo general las obras no eran autografiadas por dos motivos en especial, el uno era porque la persona que otorgó el dinero no quería que la obra lleve la firma del autor sino su escudo de armas, y la otra que para los autores era mas importante que la obra se encuentre en los alteres de las iglesias a que lleve su firma.

ESCULTURAS PEQUEÑAS EN VITRINAS
Estas esculturas pertenecen al púlpito del templo Franciscano y nos servirán para explicar las tendencias artísticas de la época en torno a las técnicas en especial del esgrafiado (en el caso de los doctores franciscanos) así como de las formas (en el caso de los dos ángeles).

DOCTORES FRANCISCANOS: Ubicados en el púlpito del templo, talla sobre madera, siglo XVII, anónimo.
- Beato Juan Duns Scoto
- San Buenaventura
- San Antonio de Padua
- San Juan de Capistrán
- San Bernardino de Siena
- Alejandro de Hales

ÁNGELES: Talla sobre madera, ojos de vidrio, Siglo XVIII, anónimo.
SAN FRANCISCO DE ASÍS (SERÁFICO): Siglo XVIII atribuido a Manuel Chili “Caspìcara”. (Cara de Palo) 
Una de las obras cumbres de la Escuela Quiteña, San Francisco de Asís Patrono de esta Ciudad, el autor representa al Santo con las 6 alas seráficas que únicamente se conceden a aquellas almas que merecen ascender a las alturas donde reposan los espíritus más sublimes. “Serafin” viene del verbo griego “SARAF”, que significa “quemarse”. Los serafines según la tradición están más cerca de Dios y Dios es como un grande globo de fuego que mientras más se acerca a él más se está incendiándose de amor. Esta concepción inspiró al autor para realizar artísticamente esta obra que por esta exposición nos acompaña. Normalmente esta escultura descansa en el altar mayor de la Iglesia de San Francisco.

SALA 2:
SALA DE LOS DOCE APOSTOLES
SANTA ROSA DE LIMA: Talla en madera, Siglo XVIII, Escuela Quiteña, Anónimo.
DIVINO NIÑO: Talla en madera, Siglo XVIII, Atribuido a Caspicara.

LOS DOCE APOSPOLES:
Conviene que a partir de este momento se tome las siguientes aclaraciones:
- En esta parte de la exposición no pretendemos hablar de la vida y logros de los apóstoles, vamos a destacar en esta sala la maestría que tuvieron los escultores que realizaron estas obras en las que se destacan las técnicas que se desarrollaron con extrema suficiencia en la época colonial. 
- Deberemos distinguir las formas de las esculturas, sus detalles, el esgrafiado, el policromado, etc. Es decir destacar que estamos entrando a la mayor expresión artística que alcanzó Quito en el siglo XVIII.
- Estas 12 figuras no son del Museo, pertenecen a la imaginería del Altar Mayor de la Iglesia Franciscana. Pertenecen al siglo XVIII y su autor es anónimo.

LIENZOS DE LOS APOSTOLES SAN PEDRO Y SAN PABLO: Siglo XVIII, anónimos. Se ubican en las paredes laterales del altar mayor.
LA LLEGADA DEL ARTE EUROPEO.- GRABADOS: Siglo XVIII varios autores.
Aquí se exponen también ejemplares de grabados alemanes del siglo XVIII, que sirvieron a nuestros artistas, como fuente de inspiración y modelo temático indispensable para la representación religiosa, de diferentes santos, un claro ejemplo tenemos en el cuadro de la Asunción de la Virgen María, que lo reprodujo Caspicara en escultura y lo tenemos en uno de los altares laterales de la Iglesia de San Francisco, o también de una reproducción en un cuadro de Bernardo de Legarda que lo veremos más adelante.

NUESTRA SEÑORA REINA DE GUADALUPE CON SAN IVO DE TRÉGUIER Y SAN LUIS REY DE FRANCIA: Anónimo, Siglo XIX, pintura mural, Escuela Quiteña. 
En este mural se puede apreciar a los santos antes mencionados, y el Escudo de los franciscanos en la parte inferior. 

EL TENEBRARIO
Candelabro triangular alto y con 13 cirios. Este tenebrario se encendía en el Oficio de Tinieblas, en los días miércoles y jueves de la Semana Santa. A medida que avanzaba el canto de las Tinieblas, por parte de la Comunidad Franciscana, al final de cada salmo, se tocaba la matraca (instrumento de madera compuesto de un tablero y una o dos aldabas o mazos, que, al sacudirlo, produce ruido desapacible. Se usa en Semana Santa en lugar de campanas), en seguida se apagaba uno a uno los 12 primeros cirios, que representaban a los 12 Apóstoles: Pedro, Andrés, Santiago, el Mayor, Juan, Felipe, Santiago, el Menor, Tomás, Bartolomé, Mateo, Judas Iscariote, Judas Tadeo y Simón; quedando tan sólo encendido el treceavo cirio, el que está en el vértice del triángulo y que representaba a la Santísima Virgen María, quien no se separó del lado de Jesús, permaneciendo en pie junto a la Cruz de su Hijo. Esta ceremonia fue suprimida con la Reforma eclesiástica, a raíz del Concilio Vaticano II. 

TOTTA PULCRA.- Siglo XVIII, Autor: Luis Acero de la Cruz, colombiano.
Esta pintura presenta colores más vivos propios del siglo en que fue realizada la obra, tiene la técnica del estofado, utilizando pan de oro. En la época colonial era muy común representar a la Virgen Inmaculada por la devoción particular que se tuvo a la Madre de Dios. La “Totta Pulcra”, que significa “Toda Hermosa” “Toda Limpia”, se utilizó en el auge del barroco, al igual que otras obras, para elevar el espíritu católico.
Esta pintura fue robada en 1993 y recuperada en 1995, 

Iconografía: 
El Barroco Quiteño se caracterizó por utilizar en sus expresiones artísticas diversos medios para identificar a las imágenes, tales como ciertos atributos que complementan el mensaje del artista.

En el caso de esta obra el autor pretende ensalzar la imagen de la Santísima Virgen con adornos propios del barroco, pero además construye un marco de símbolos alrededor de la imagen, tal es el caso de los 4 ángeles ( que le dan el sentido de Divina): dos se encuentran a los costados superiores de la Virgen; los otros dos al pie de ella, uno sostiene un lirio símbolo de la pureza virginal y el otro una rama de laurel y un espejo; el laurel símbolo de nobleza, el espejo de transparencia y de verdad.

A los costados se aprecian dos símbolos que son parte de las Letanías de la Virgen: a la derecha una Torre “Hermosa como Torre de marfil”; y a su izquierda una fuente “Virgen Fuente de clemencia”.

La Virgen sobre la Media Luna y la serpiente:

Se dice que es la Virgen Apocalíptica por sus tres significados, esta con las manos juntas pidiendo hacia Dios, está parada sobre la media luna hacia arriba y sobre la serpiente que representa que venció al mal.

La Biblia nos "ilumina" con el siguiente pasaje, Apocalipsis 12 1 "Apreció en el cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol como en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza"

SALA 3:
SIGLO DE ORO

LA CÚSPIDE DEL BARROCO QUITEÑO
SALA DE BERNARDO DE LEGARDA
BERNARDO DE LEGARDA: Es el artista, pintor, escultor, tallador e imaginero, que mas huella ha dejado en la Historia del Arte Quiteño Colonial. Los datos acerca de su vida y de sus obras permiten trazar un esbozo de su personalidad biográfica y artística. Por confesión de su testamento se conoce que se caso muy joven separándose más tarde. En la sociedad lo tenían como soltero. Tenía su taller junto al convento de San Francisco, y un taller de su hermano que realizaba artesanías.

Realizo el dorado del retablo mayor de La Compañía en 1745. Durante el año de 1746 se ocupo en la dirección del trabajo de la cúpula central del Sagrario, con sus ventanales de hierro y su decoración pictórica. A partir de 1748 comenzó la construcción del retablo mayor del templo de la Merced, con la estructura de los cuerpos sobre puestos y los nichos para las imágenes de los Patriarcas.

En torno a 1750 labro el retablo mayor de la capilla de Cantuña con el grupo del Calvario que ocupa el nicho central. En los retablos es donde lucen mejor las características del barroco quiteño. El callejón central rompe la línea horizontal del entablamento que divide los cuerpos; el fuste de las columnas se entorchan para coronarse con el capitel corintio; los nichos exhiben sus fondos dorados; las cornisas rematan en flocaduras flotantes. Bernardo de Legarda fue, en la labor de talla, el mejor representante del barroquismo quiteño del siglo XVIII.

En 1731 por primera vez retocó la escultura de San Lucas, hecha por el Padre Carlos. El 7 de diciembre de 1734 puso nombre en el puño de la mano de La Inmaculada, que se halla en el nicho central del retablo mayor de San Francisco. Esta forma de representación fue el modelo de las Inmaculadas Legardianas. Labró también la imagen de María en ademán de su Transito al cielo. Se la atribuyen asimismo el grupo del Calvario de Cantuña y la Imagen de Santa Rosa de Lima del Museo de arte colonial.

ARCÁNGEL SAN MIGUEL (Escultura): Madera encarnada, estofada y policromada. Sus medidas son: 143 cmt. de alto, 80 cmt. de ancho y 51 de fondo.
Viste como guerrero y posee una diadema de plata. Fue tallado por Legarda hacia 1734 para el Altar Mayor de San Francisco.

LA INMACULADA DE QUITO - LA VIRGEN DE QUITO: Virgen de Legarda, Virgen Alada, Virgen Apocalíptica, Virgen Bailarina: Siglo XVIII, Escuela de Bernardo de Legarda.
Esta imagen es una de las tantas réplicas que se hizo de la original en el siglo XVIII. Debido a la belleza de la escultura las distintas cofradías realizaron algunas reproducciones de la imagen legardiana. En la vitrina también encontramos al pie de la imagen, las manos de la escultura original en donde se aprecia la firma del autor y la fecha de elaboración 7 de diciembre de 1734., En una lectura iconográfica que hace el Padre Walter Verdezoto, es la representación de la Santa Iglesia Católica. La mujer vestida de Sol con la Luna bajo sus pies desciende de los cielos embarazada con dolores de parto, y aplasta a la serpiente o demonio (que representa a Roma) que desea, apenas la mujer de a Luz su hijo, comerse al recién nacido (en este caso el hijo representa al mensaje de Cristo). Esta imagen por un lado es divina y por otro laso es humana, está coronada por doce estrellas que representa los doce apóstoles y a las doce tribus de Israel. En la Iglesia se da la fusión del antiguo y del nuevo testamento y se le da a esta imagen las alas de la grande águila para volar al desierto y vivir tres años y medio. Solo después de un tiempo los padres de la Iglesia verán en esta “imagen de la Iglesia” la Imagen de la Inmaculada Concepción de la Virgen. Los franciscanos eran muy devotos de ella, inclusive llegaron a hacerse cuatro nudos (pobreza, obediencia, castidad y defensa de la Inmaculada Concepción de la Virgen). Constituye hasta la actualidad el estandarte de los franciscanos, ícono de nuestra ciudad y modelo para la Virgen del Panecillo. 

SAN JUAN NEPOMUSENO (Escultura): Talla en madera, Escuela Quiteña, Siglo XVIII.

DATOS IMPORTANTES DE ESTE SANTO:
San Juan Nepomuceno o Juan de Nepomuk) (c. 1340 – 20 de marzo de 1393) es el santo patrón de Bohemia (República Checa). Según la leyenda, el santo era el confesor de la reina de Bohemia esposa del Rey Wenceslao IV y se negó a romper el voto de secreto de confesión. Juan Nepomuceno fue el primer santo en recibir martirio por guardar el secreto de confesión, es el protector contra las calumnias, y debido a la forma de su muerte, protector frente a las inundaciones. 

El Rey, al tener una duda sobre la fidelidad de su esposa, exigió a Juan Nepomuceno le contará las confesiones de la reina, al negarse fue encarcelado y cruelmente torturado para luego de algún tiempo ser arrojado al Río Moldava desde un puente por órdenes del Rey Wenceslao el 19 de abril de 1393.

Su epitafio, en la catedral de San Vito, de Praga, dice así: "Yace aquí Juan Nepomuceno, confesor de la Reina, ilustre por sus milagros, quien, por haber guardado el sigilo sacramental fue cruelmente martirizado y arrojado desde el puente de Praga al río Moldava, por orden de Wenceslao IV, el año 1393". Su lengua se conserva incorrupta. 

En 1725 (más de 300 años después de su muerte) una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas examinó la lengua del mártir que estaba incorrupta, aunque seca y gris. Y de pronto, en presencia de todos, empezó a esponjarse y apareció de color de carne fresca, como si se tratara de la lengua de una persona viva. Todos se pusieron de rodillas y este milagro, presenciado por tantas personas y tan importantes, fue el milagro que sirvió para declararlo santo. Fue canonizado por Benedicto XIII en el año 1729.

Desde su muerte, siempre San Juan Nepomuceno fue considerado patrono de los confesores, porque prefirió morir antes que revelar los secretos de la confesión. También ha sido considerado patrono de la buena fama, porque prefirió el martirio, pero no permitió que la buena fama de una penitente fuera destrozada.

IMPORTANCIA ICONOGRÁFICA:
La iconografía de este Santo aportó dentro del ámbito teologal a la recuperación de la importancia de los sacramentos, en particular el de la Confesión. 

• La lengua en la mano:
Normalmente sostiene la lengua en una mano, según la leyenda. En su defecto, se lleva la mano a la boca, en señal de silencio. La simbología coincide plenamente con el hecho de que este personaje estaba dispuesto inclusive a esta clase de tortura con tal de no decir la confesión privada de la Reina. Iconográficamente el Santo representa el respeto por guardar en secreto una confesión.

• Vestidura canóniga:
Viste como un canónigo (sacerdote), o sea, sotana, roquete, bonete y sobrepelliz de armiño (que también simboliza la pureza).

CUADRO LA MADRE DEL AMOR HERMOZO (Coronación de la Virgen): 
LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA: Bernardo de Legarda, Siglo XVIII. 
Talla sobre madera, máscara de plomo, encarnado ojos de vidrio, estofado, esgrafiado, policromado.

OTROS LIENZOS

VIRGEN DEL CLAVEL.- Atribuido a Miguel de Santiago Siglo XVII, Óleo sobre lienzo.
VIRGEN DOLOROSA.- Atribuido a Miguel de Santiago Siglo XVII, Óleo sobre lienzo.
Estos dos cuadros poseen estilo Barroco porque manejan el contraste de luz y sombras (claro oscuro), además porque los personajes insinúan movimiento no están en posiciones estáticas o hieráticas. Los marcos complementan el concepto de este estilo.

LA VIRGEN DE LA LECHE: Siglo XVIII, anónimo, Óleo sobre madera.
LA VIRGEN CON EL NIÑO: Siglo XVIII, anónimo, Óleo sobre latón
En estos dos cuadros se destaca el talento minucioso del artista, poder representar estas pinturas sobre madera y latón definitivamente no era nada fácil para la época a la que corresponden. En la una imagen se aprecia el cariño y la ternura de la madre que da el seno a su hijo y en el otro cuadro la imagen inseparable de la Virgen con su Niño Divino. Complementan a estos dos cuadros los marcos que son también obras de arte talladas en madera con formas propias del barroco quiteño del siglo XVIII, aquí vemos el esplendor máximo de la expresión de nuestra Escuela Quiteña. 

CUADROS DE ÁNGELES: Anónimos Siglo XVIII

SALA DE BERNARDO DE RODRÍGUEZ
Se destacan en esta sala 4 lienzos grandes atribuidos a este pintor quiteño. Cuatro cuadros que representan a los 4 milagros de San Antonio de Padua (Franciscano). Además está el cuadro de “El sueño de Jacob”, atribuido a Manuel de Samaniego, alumno de Bernardo Rodríguez.

CUADROS DE SAN ANTONIO DE PADUA

LAS OBRAS (cuatro lienzos):
SAN ANTONIO PREDICA ALOS PECES: Pintura, óleo sobre lienzo. Milagro Eucarístico de San Antonio de Padua: 
CORONACIÓN DE LA VIRGEN: Pintura, óleo sobre lienzo. Bernardo de Rodríguez.
EL SUEÑO DE JACOB: Pintura, óleo sobre lienzo, obra de Manuel Samaniego y Jaramillo. 

SALA 4:
LA EVANGELIZACIÓN EN AMÉRICA
En esta sala se rescata la ardua tarea evangelizadora de la comunidad franciscana en tiempos coloniales ayudados por esta colección única en el mundo como es la de la “Doctrina Cristiana” conformada por 8 cuadros, cada cuadro tiene un copete que representa a las “Letanías de la Virgen”; al fondo de la sala se aprecia uno de los cuadros de Miguel de Santiago “La Inmaculada Eucarística” o también conocida por algunos como el cuadro de los “Arrepentimientos”. También observaremos 2 bargueños pequeños o “secreteros” del siglo XVIII. Finalmente algunos esculturas pequeñas que no son más que “bocetos” para la realización de los artes finales, el que más se destaca es el boceto de la escultura de “San Francisco recibiendo los estigmas” cuya obra final se encuentra en una de las paredes laterales de la Capilla de Cantuña y que se atribuye a Manuel Chili “Caspicara”.

VIRGEN INMACULADA EN BALDAQUINO.- Siglo XVIII, Virgen atribuida al taller de Legarda.La imagen perteneció durante un muy buen tiempo al Coro de la Iglesia. Se la ubicaba encima del “facistol” (mueble donde se colocaban los libros corales), el mueble que rodea a la Virgen se llama “baldaquino”, el mismo que está hecho en madera tallada con la utilización del pan de oro.

COLECCIÓN DE LA DOCTRINA CRISTIANA.- Siglo XVII, Atribuida a Miguel de Santiago.
PRIMER MANDAMIENTO.- 
SEGUNDO MANDAMIENTO.-
TERCER MANDAMIENTO.- 
CUARTO MANDAMIENTO.- 
QUINTO MANDAMIENTO.-
SEXTO MANDAMIENTO.-
SEPTIMO MANDAMIENTO.-
OCTAVO NOVENO Y DECIMO MANDAMIENTO

INMACULADA EUCARÍSTICA.- Siglo XVII, Atribuida a Miguel de Santiago.

SALA 5:
SALA DE ALABASTRO
En esta sala podemos apreciar cuadros que están hechos en alabastro, datan del siglo XVIII, el alabastro es mármol tierno; este material se encuentra en la hacienda YURAC, en Tolontac, cerca de Píntag. Los cuadros que apreciamos aquí representan algunos pasajes bíblicos.

VIRGEN DEL CARMEN: Escultura en madera encarnada. Sus medidas son: 57 cmt. de alto y 29.5 cm. de ancho. 

SALA 6:
SALA DE LA PLATERÍA
LA CENIT DEL BARROCO QUITEÑO
SAN JOSE CON EL NIÑO: realizada por caspicara

LIBRO MISAL ROMANO:
Pertenece al siglo XVII. El Misal se utiliza para las celebraciones litúrgicas de domingo. 

LIBRO CORAL:
Siglo XVII. Los libros corales sirvieron para la realización de cánticos gregorianos en el coro de la Iglesia. Estos libros se colocaban en el “Facistol”, mueble de 4 caras ubicado en el coro.
Se destaca en este tipo de libros la técnica del “manuscrito”. 

SAN FRANCISCO DE PAULA: Siglo XIX, Autor José Domingo Carrillo.
TRIUNFO DE LA CRUZ: Pintura, óleo sobre lienzo. Este cuadro representa el triunfo de Cristo en la Cruz y por ende el triunfo de la Religión Católica 

CALVARIO.- Siglo XVIII, Escuela Quiteña.
CRISTO DE LA AGONÍA: Escultura en madera encarnada y policromada. Autor Caspicara, siglo XVIII

CRISTO DE PAMPITE: Escultura, talla encarnada atribuido a José Olmos Pampite. 

EL BARROCO POR SIEMPRE
Esta es la última parte de la sala, lo forman una serie de esculturas “contemporáneas” realizadas en su totalidad por escultores, pintores y talladores de San Antonio de Ibarra.

En esta parte de la guía turística es importante dar a conocer al visitante que el Barroco Quiteño no ha muerto, se encuentra latente todavía las tendencias y enseñanzas de nuestros artistas de la colonia. Estas obras poseen las mismas técnicas que se utilizaban en las cofradías del Quito antiguo. La policromía está muy bien realizada no se diga del esgrafiado y estofado que realmente son una verdadera belleza.

Las obras no están a la venta y pertenecen a la colección privada del Padre Walter Verdezoto Director del Museo.







Museo Fray Pedro Bedón

Después de seis años de la fundación de Quito, Durante este tiempo se había realizado ya la distribución de solares a los conquistadores y a los representantes del clero y fue al Padre Gregorio Zarazo quien se le otorga este sitio para la edificación del convento. La meseta comprendida entre las dos quebradas que descendían del Tejar se había brindado a la traza urbana de la población de acuerdo con el número de vecinos fundadores. Para la ubicación del Convento de Santo Domingo no quedaba sitio apropiado sino en la explanada de la Loma Grande, flanqueada al sur por la honda quebrada que descendía de la Cantera. Se ofrecía ahí un espacio suficiente para el bloque conventual y plaza desahogada. Veinte años más tarde en la administración de Jerónimo de Cervantes, la construcción recién empieza y es de lo más sencilla: de tierra y paja.

En 1581, sin embargo el arquitecto Francisco Becerra realiza los planos definitivos de la iglesia y convento. Este convento posee 5 claustros, el Claustro principal es el que ustedes pueden apreciar con 11 columnas ochavadas a los cuatro lados del jardín central (total 44 columnas) para que sostuvieran el segundo piso del convento, este decorado con 5 retablos: Santo Tomás de Aquino, San Pedro, Santa Catalina, San Vicente Ferrer, y Santo Domingo; en el Segundo Claustro funciono por algunos años la Universidad Santo Tomás de Aquino regentada por la Orden la cuál contó con su Escuela de medicina en la actualidad Universidad Central , y posteriormente funciona el Colegio San Fernando, el Tercer Claustro en la actualidad en proceso de restauración perteneció al Colegio San Fernando; el Cuarto Claustro es ocupado por los postulantes Dominicos o Casa San Luis Bertrán; y el Quinto Claustro por la Escuela Santo Domingo de Guzmán.

El Museo fue inaugurado como tal el 6 de noviembre de 1965, siendo Prior el P. Luis Tipán Rojas, aprovechando la madera y tableros del piso del templo. En este momento estamos en la Primera Sala, usted podrá apreciar pinturas y esculturas de los siglos XVII y XVIII en su mayoría de autores anónimos de la Escuela Quiteña y Europea y de su máximo representante Fray. Pedro Bedón, que ha sido organizado como parte del Convenio Ecua- Bel. Esta sala describe los inicios del convento de Santo Domingo, muestra esculturas de sus dos fundadores, San Francisco y Santo Domingo. Estas esculturas están elaboradas con la técnica del encolado, fueron elaboradas por Francisco Albán. Hallamos una escultura de Santo Domingo de Guzmán, realizado por Bernardo de Legarda.

La primera escultura que observamos es de Santo Domingo de Guzmán, siglo XVIII; fundador de la Orden que nació en Caleruega (España) en 1172 siendo el último de cuatro hijos: fue educado por su tío el sacerdote Gumiel de Izan, y ya como sacerdote dedicó su vida a la penitencia y a la oración. Funda una orden en 1216 de frailes mendicantes dedicados a la enseñanza, predicación, y oración. Muere en 1221 y es canonizado en 1234: su tumba en Boloña fue hecha por Nicolás Pissano y embellecida luego por Miguel Angel, y sus atributos iconográficos son: un lirio, un perro blanco/ negro y más tarde se añadió un rosario: de ahí que a su orden se le atribuye la falsa etimología de “Domini Canis” perros de Dios. 

Observamos a Santo Domingo de Guzmán en óleo sobre lámina de metal Siglo XVIII con su atributo un perro blanco con negro el mismo que simboliza el sueño que tuvo la madre de Santo Domingo en días de dar a luz que vio en sueños que su hijo iba a nacer de esta forma, con un una antorcha en el hocico que simboliza la predicación el mundo.

A lo largo de la sala observaremos diferentes obras como: El Mundo en Tinieblas (óleo sobre lienzo) Siglo XVIII de Francisco Albán, Vectación de San Reginaldo de Orleáns (óleo sobre lienzo) Siglo XVII del Padre Carlos, San Raimundo de Peñafort (óleo sobre lienzo) Siglo XVII, Visión de Honorio III (óleo sobre lienzo) Siglo XVIII de Francisco Albán, Santa Catalina de Siena ( óleo sobre lienzo) Siglo XVII, San Vicente Ferrer (óleo sobre lienzo) Siglo XVII , Santo Tomás de Aquino- Fuente de Sabiduría (óleo sobre lienzo) Siglo XVIII y Santa Inés de Montepulsiano (óleo sobre lienzo) Siglo XVII. 

Desde aquí iniciara la Segunda Sala todas las obras poseen una gran sincretismo, es posible hallar influencia árabe ya que los españoles fueron invadidos por estos. En esta sala encontramos varias esculturas que poseen ojos de vidrio, fueron talladas en madera y cubiertas con pan de oro. También, obras del siglo XIX el cual fue la etapa de la decadencia de la Escuela Quiteña ya que ocurrió la época de la independencia y todo el presupuesto fue utilizado para la guerra. Una pieza que muestro el ejemplo de la decadencia es la de San Pedro Mártir; es una obra simple que posee un tallado rústico. 

Por otra parte, tenemos a San Vicente Ferrer (óleo sobre lámina de metal) Siglo XVIII de Francesco Guerrini, San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino (óleo sobre lienzo) Siglo XVIII del taller de Francisco Albán, San Sebastián (Escultura) Siglo XVII, San Pedro Mártir de Verona (Escultura) Siglo XIX, Día del Juicio Final (óleo sobre lienzo) Siglo XVIII, y la Virgen del Rosario redimiendo a una Santa (óleo sobre lienzo) Siglo XVIII, Fray Pedro Bedón (óleo sobre lienzo) Siglo XVII (1621) de Fray Tomás del Castillo. El padre Bedón se convirtió en el padre de la escuela de arte en Quito, a su vez fue considerado como el primer pintor muralista. Ya en la tercera sala encontraremos obras realizadas por el Fray Pedro Bedón. Entre sus trabajos más importantes, están: los Libros Corales que poseen una decoración vegetal y una pasta de cuero. Estos libros fueron elaborados en el año de 1688. Se puede observar cuadros de Miguel de Santiago como La Trinidad, también la escultura más destacada de Bernardo de Legarda, la Virgen de Quito. También, La Virgen de la Escalera (óleo sobre lienzo) Siglo XVIII, San Pedro Mártir de Verona (óleo sobre madera) Siglo XVII, San Nicolás de Tolentino (óleo sobre lienzo) Siglo XVII, La Virgen del Rosario y Santos Dominicos (óleo sobre lámina de metal) Siglo XVIII de Fco. Guerrini, San Juan de Dios (Escultura) Siglo XVIII de Bernardo de Legarda, Inmaculada Eucarística (óleo sobre lienzo) Siglo XVII de Miguel de Santiago, Bendición de Mártires Dominicos (óleo sobre lienzo) Siglo XIX de Brígida Salas, y la Virgen de las Lajas (óleo sobre piedra) Siglo XVIII, imagen en miniatura de la Virgen, similar a la que pinto en el santuario ubicado en tierras Colombianas.

Dentro de la sala observaremos las Cascullas que se las utilizaba para los actos litúrgicos de la Iglesia, eran bordados principalmente por las monjitas de Claustro, tienen un peso aproximado de 25 libras. Los Limosnero (bronce, plata, lámina de metal.) utensilios que servían para recoger las limosnas de los fieles, está representada sobre una lámina de metal. La espada de acero regala a la orden por el presidente Gabriel García Moreno y un rosario elaborado con concha perla y plata.

Estamos en la Sala de Profundis que viene de profundo lugar donde los sacerdotes meditaban antes de ingresar al comedor. Aquí observaremos una pintura que fue sacada del interior de la iglesia es por ello que tiene una forma rectangular representa el cobijamiento de la virgen a los dominicos con una singularidad que a su lado izquierdo se encuentra Sebastián de Ávila persona quien manda a realizar la pintura cuya condición era que el también aparezca en el cuadro.

Para terminar entramos al Refectorio lugar donde antiguamente los sacerdotes se reunían a comer. El techo es de madera y se lo denomina Artesonado, posee pinturas que revelan la vida de Santa Catalina de Siena. Alrededor de estas pinturas se encuentran los 54 mártires que murieron por tratar de evangelizar y difundir su religión en diferentes partes del mundo. Tiene un púlpito que lo utilizaban para leer la Biblia mientras los demás comían, se decía que “mientras comía el cuerpo, el espíritu también lo hacía”. Encontramos una hermosa sillería compuesta por altos relieves que fueron elaborados en el siglo XVI. Muchísimas gracias por su atención, espero que todo haya sido de su agrado, estoy aquí para ayudarles con cualquier duda. Sera hasta una próxima ocasión.



Museo Miguel De Santiago

Antes de comenzar, hablaremos del convento San Agustín que inicia en 1580 con planos del Arq. Francisco Becerra, y una iglesia provisional. Luego, en 1606, Juan del Corral se hace cargo de la construcción de la iglesia definitiva y del convento la cual es concluida en 1650. La extensión del convento era hasta la actual Plaza del Teatro, el barrio de la Tola incluyendo los molinos del Censo, hoy en día cuenta con menos de una manzana. El convento posee en su interior una serie de corredores compuestos por 9 columnas toscanas de capitel dórico, 2 pilares y 10 arcos de medio punto peraltados. En cada pared se destaca una galería con 39 lienzos de los cuales 25 pertenecen a Miguel de Santiago, en los que se detalla la vida y milagros de San Agustín, estos lienzos están basados en grabados editados en Europa por Boswell y fueron concluidos en 1666, conservándose casi completa la colección. Además hay 12 lienzos anónimos, atribuidos a la Escuela Quiteña, del Siglo XVII y 2 lienzos pintados por Luis Cadena, del Siglo XIX, el cual se destaca por realizar pinturas de gran tamaño. Actualmente estos lienzos se encuentran en la bodega de restauración y se aspira volverlos a colocar para el mes de julio.

Desde aquí se puede detallar el segundo piso, que utiliza las columnas toscanas dóricas pero más pequeñas y en número de 20, además utilizan arcos rebajados. Todo este conjunto se lo conoce como interlocutorio. El tercer piso se construye en 1943, posee los mismos detalles de construcción que el nivel anterior, pero aquí se utiliza cemento y vidrios, en vez de piedra, su objeto de construcción es dar equilibrio a todo el conjunto arquitectónico con previsión a dormitorio.

El convento posee un solo jardín, el patio es de estilo colonial con la pila central que fue trabajada en un periodo de 10 años empezando en 1659, posee 41 piedras en su base cuadrada y se encuentra rematada por una escultura que simboliza los sentimientos agustinos (León = Fortaleza, Niño = nobleza), también desde cualquier parte del convento se puede ver la torre la cual alcanza 40 metros de altura y remata con una escultura de San Agustín realizado en madera. En sí, está compuesto de 5 cuerpos, los 2 primeros donde se ubica la portería, y la tercera sala del museo de estilo Manierista, los tres últimos cuerpos de estilo Neoclásico con la diferencia de que estos últimos poseen materiales constructivos más livianos como la piedra pómez y así evitar el hundimiento de la torre, por sobrepeso. El Corredor Oriental en el cual nos encontramos posee un cielo raso, de estilo Mudéjar que es la implementación de figuras geométricas para decoración, de este techo, pende el fruto del pino (piñas) y posee una serie de decoraciones florales y pan de oro. Lamentablemente, por el año de 1895, época de confrontaciones entre liberales y conservadores, todo esto sirvo de cuarteles militares y fue utilizado el techo para la práctica de Tiro al Blanco, lo que provoco la destrucción casi total de esta decoración.

En el mismo corredor se encuentra la histórica Sala Capitular, es la habitación más grande del convento, tiene 2,5 m. de largo, 7 m. de ancho y 6 m. de alto. Posee piso hecho en ladrillo pastelero para decoración elaborado en Quito. El objetivo principal de su construcción era albergar a la comunidad agustina es por este motivo que la sillería que se dispone alrededor de la sala fue trabajada en madera de cedro negro al natural tiene capacidad de 150 personas aproximadamente. Este conjunto de sillería presenta estilo barroco español (hoja de acanto, flores y frutos) acompañado de un modelo de concha que muestra a Santiago de Compostela. Antes de su inauguración fue utilizada como aula Magna de la Universidad de San Fulgencio en 1586 en la que se dictaban clases de Teología y Filosofía y rama de Bellas Artes. Después de su inauguración en 1741 se la emplea para los capítulos, era una reunión importante dentro de la orden Agustina por la elección de uno de sus miembros, esta elección se la realizaba cada 3 o 4 años y solo en esa ocasión se abría la sala.

Entrando al siglo XIX nos referimos al 16 de agosto de 1809 se permite la entrada de personas extrañas al convento para firmar las actas de independencia. Para esta reunión se trabajó un acta con los nombres de los personajes reunidos. Los materiales aquí empleados son: el peregrino (cuero de oveja) y las pinturas naturales, la escritura se la realizaba a mano casi siempre en estilo Gótico. Uno de los personajes más importantes de aquella reunión fue Juan Pio Montufar o Marques de Selva Alegre, también se colocó los nombres de sus ministros o secretarios de estado y los representantes de los barrios quiteños de San Roque, Santa Barbará y La Catedral

Un año después se produjo la masacre de los Próceres de la independencia en el Cuartel Real de Lima, el 2 de agosto de 1810, los restos de algunos de estos personajes fueron enterrados en el antiguo cementerio de la comunidad hoy denominadas catacumbas. La lista de sus nombres quedo dentro de la sala y fue elaborada también en pergamino.

Siguiendo con el recorrido, tenemos la Estancia de Miguel de Santiago, se pueden observar algunos anónimos atribuidos a la Escuela Quiteña y a los alumnos de Miguel de Santiago. Además 4 pinturas del siglo XVII pertenecientes a Bernardo de Rodríguez, en los que plasma a cuatro santos muy importantes de la Iglesia Católica, estos son: San Gregorio, San Agustín, San Ambrosio y San Jerónimo. La característica de estos lienzos es la espectacular utilización de los colores rojo, azul, blanco y sobre todo el color dorado. También el marco original que guarda cada uno de estos lienzos ya han sido completamente restaurados. Encontramos también un estandarte del siglo XVII de autor anónimo, hecho en lienzo templado y óleo, en el que se plasma a Santa Rosa de Lima. En esta sala encontramos esculturas del siglo XVII de varios autores anónimos estas son: San Miguel, San Rafael, El Niño. Para concluir se presenta un Libro Coral del siglo XVII, elaborado en pergamino (cuero de oveja), con pinturas vegetales y escritura a mano. Tiene una pasta de madera forrada de cuero bastante pesada

En la Segunda Sala se representa una amplia visión de los siglos XVII, XVIII y XIX en cuanto a la escultura. Las obras del siglo XVII utilizan ojos de vidrio, poseen un encarne más brilloso el que era obtenido por roce de la vejiga del cordero contra la escultura. Los detalles de la anatomía son mucho mejor terminados que el siglo anterior. Es el caso del Cristo Resucitado, San Gabriel. Las esculturas de este siglo XIX podrían utilizar ojos de vidrio o ser pintados en la escultura. Esto depende del material de trabajo, pues en algunas ocasiones se emplea el yeso como material de trabajo. Estas son: San Bernardo y Niño de Praga.

En cuanto a pinturas se destacan muchos lienzos, algunos de ellos pertenecen a Miguel de Santiago o a sus discípulos por utilizar la misma técnica oscura. Algo muy importante es la introducción del castellano como un idioma que sirve para conocer varios detalles que el cuadro presenta a su propio contenido. Dentro de esta serie de cuadros existe uno muy particular, por presentar las iniciales de Miguel de Santiago en una de las esquinas inferiores, este cuadro es La Visita de Cristo a San Agustín. Destacamos una serie de cuadros importantes por su forma de trabajo, la cual utiliza el rombo como diseño para cuadro. Son 7 lienzos que plasman a San Agustín y sus características.

Tenemos un par de fraileros (sillones) de madera de siglo XVII aproximadamente. Dispone de una cobertura de terciopelo rojo y bordado en hilos de oro y plata. Terminamos la segunda sala con 4 crucifijos de diferentes escuelas así: Crucifijo superior – escuela de Olmos, Crucifijo derecho – escuela de Caspicara, Crucifijo izquierdo – escuela de Sangurima, Crucifijo inferior – escuela de Sangurima. El cordero Pascual que representa esta sala es trabajo en madera en el siglo XVII, su función como un sagrario para guardar la Ostia Sagrada.

En la Tercera Sala descansa un Cristo Yacente del siglo XVII traído de España, su característica particular es ser una sola pieza de madera excepto el brazo derecho. Su tamaño es de una persona adulta y perfectamente conformada. Cuatro candelabros lo rodean, su representación es la muerte por la presencia de calaveras en el tallado y su interrelación con la iglesia por los sombreros expuestos así: sacerdotes, obispo, cardenal, rey católico y papa. En las paredes de esta sala se ubica una serie de cuadros de gran tamaño que muestran a la Comunidad Agustina a través de los años. Pertenecen al siglo XVII y XVII. Finalmente un crucifijo de marfil traído desde Filipinas con incrustación de 4 clavos de plata y base de madera. 

Para terminar estamos ingresando al Coro el cual conserva la sillería de cedro y su artesonado original. Aquí encontramos un órgano traído desde Alemania el cual consta con 150 tubos, funciona a través del fuste y es de viento. Desde aquí podemos divisar la iglesia que presenta planta basílica, es decir que la extensión de las 3 naves es la misma pero reforzada por arcos fajones. Este diseño permite presentar las lunetas y la fácil penetración de la luz natural por las mismas hacia el interior de la iglesia. Toda la iglesia es pintada en óleo, su pintura es moderna y alegre; tiene una variedad de dibujos, figuras y emblemas; y en los arcos, retratos de santos diversos. Es una de las iglesias más coloridas y alegres de Quito. Presenta pequeños retablos o altares dispuestos 5 por cada nave lateral, cada uno tallado en madera con diferentes estilos y cubiertos de pan de oro como es habitual.

El altar Mayor esta tallado en madera y recubierto con pan de oro y una coloración lila veteada a manera de mármol, presenta 2 cuerpos: el primero tiene 3 nichos u hornacinas divididas entre ellos por columnas estriadas corintias. En dichos nichos descansan las imágenes de San Agustín, La Virgen del Consuelo y Santa Mónica. En el segundo cuerpo solo existe un nicho u hornacina principal adornada con columnas salomónicas corintias. En este nicho se encuentra la imagen de la Trinidad y en los remates laterales están San Pedro y San Pablo.

Finalmente se puede apreciar 2 cuadros importantes: lado derecho: “La Regla” cuadro colosal del siglo XVII, trabajado por Miguel de Santiago con dimensiones de 8m. de alto por 6m. de ancho aproximadamente y al lado Izquierdo: “La conversación de San Agustín” pintado por Luis Cadena en el siglo XIX sus dimensiones más pequeñas que el anterior sin embargo cuenta dentro de los cuadros colosales. Muchísimas gracias por su atención, espero que todo haya sido de su agrado, estoy aquí para ayudarles con cualquier duda. Sera hasta una próxima ocasión.




Museo Convento De San Diego

El Convento de San Diego, es abierto como museo el 8 de septiembre de 1980, obra que se llevó a cabo en la presidencia del Sr. Jaime Roldós; además con el apoyo del Sr. Oswaldo Hurtado, siguiente presidente de la República, de la Casa de la Cultura y el Banco Central del Ecuador.

La Provincia de San Francisco de Quito (Franciscano del Ecuador), se hace cargo es el Padre John Castro. Se decide cambiar el nombre del Museo por el de Museo Franciscano “Del Padre Almeida”, se tramita su RUC y demás responsabilidades con el estado.

El objetivo del Museo es dar paso a que todo tipo de personas sean partícipes de este hermoso sitio que es fiel testigo del trabajo, sacrificio y amor de los Franciscanos, quienes, junto a los autores de las obras de arte, que se exponen en este lugar, y, a través de ellos, los de hoy, puedan enriquecer su cultura y dar un recorrido por la historia del Quito antiguo.

IGLESIA
Dentro de este lugar dedicado a la oración, recogimiento y culto a Nuestro Padre Celestial, encontramos diversas obras de arte, y magnificas representaciones de personajes que fueron partícipes de la fe, la edificación de este magno templo se realizó conjuntamente con la construcción del convento.

La iglesia tiene su puerta principal de entrada hacia la plazoleta, es de piedra y sencilla de arquitectura: su arco semicircular con ligera moldura se apoya sobre dos pilastras, siendo este conjunto flanqueado por cuatro medias columnas que soportan un arquitrabe, un friso y un frontón entrecortados por dos ménsulas para dar cabida a un nicho cuadrangular, que también lleva como remate su frontón partido y en el que se ostenta la imagen de una Virgen con el Niño, en piedra policromada. Decoran las rampas del frontón y las ménsulas bolas de piedra sobre pequeños pedestales. Cierra el acceso a la puerta de la iglesia, un atrio pequeño con pretil, de estilo barroco, al que se sube por dos gradas: todo de piedra.

RETABLOS
Se observa de manera tan destacada los cuatro retablos que con su belleza y exclusividad da acogida a esculturas que representan figuras que han constituido con el pasar de los tiempos personajes importantes en la vida cristiana. Encontramos el retablo del altar de San Antonio en donde hallamos una preciosa estatua del Santo.

Se le atribuye a Bernardo de Legarda escultor de la Escuela Quiteña, Santo Franciscano patrón de nuestra institución educativa cuya imagen siempre se la reconoce por estar acompañado por la presencia del Niño Jesús, imagen que no se encuentra presente por haber sido robada.

En el altar que se encuentra frente al ya mencionado podemos ver imágenes de la escultura moderna, en donde únicamente el retablo que da acogida a las tallas es antiguo y original, en ella se hallan imágenes de la Santísima Virgen María con las advocaciones del Quinche, La Virgen de la nube, la Virgen de Fátima, y el Divino Niño 

Situado también otro retablo dedicado al patrono de la Parroquia y al nombre que lleva la Recoleta “San Diego de Alcalá” un religioso de igual manera franciscano, español es una escultura original de madera sobre la madera plata, sobre la plata oro a esta combinación se la conoce como la técnica del estofado, que data del siglo XVIII, acompañada a sus lados de las imágenes de Santa Rosa de Lima, Santa Isabel Reina de Hungría, lienzos que datan del siglo XVII en la parte superior se encuentran dos corazones que representan el de Jesús y de María sobre estos una paloma que representa la presencia del Espíritu Santo.

Otro de estos representa el Calvario cuyo retablo está construido por tres partes o tres pedazos para formar la arquería, elaborado bajo la técnica de los espejos, pequeñas tablas pintadas y espejos con cornisas y molduras doradas, data del siglo XVII. Destaca la hermosura de Cristo Crucificado, representando la apacible tranquilidad de la muerte, se le atribuye al escultor José Olmos, reflejando la mirada desesperada en el rostro de Magdalena, la rigidez en la estatua de San Juan su escultor Diego de Robles, y la hermosura ante la faz angustiosa de la Virgen de los Dolores. Pertenecen a la escuela quiteña, tanto la Virgen como Magdalena son imágenes para vestir y la vestidura de San Juan está hecha bajo la técnica del collage.

El retablo del altar mayor data de 1950, están constituidos por las esculturas de La Virgen de la Caridad de Illescas, española del siglo XVIII en el cuerpo central del altar, a un lado y a otro del sagrario, entre las cuatro columnas que soportan el friso, están las estatuas de Santo Domingo y San Francisco que se atribuyen a Caspicara, en la actualidad lo que vemos del retablo es recompuesto ya que al parecer fue destruido por completo por los terremotos, pero sólo hace cuarenta años (40) se arregló el nicho en que se halla la Trinidad, Del anterior ha quedado el nicho central de espejos en que hoy se coloca la imagen de Nuestra Señora de la Caridad de Illescas

PINTURAS Y ESCULTURAS
Dentro de la iglesia se pueden observar algunas imágenes ya sean en esculturas o pinturas que resaltan la belleza de este lugar, entre esculturas tenemos la del Señor de la Justicia o Señor de la Caña de Diego de Robles perteneciente al siglo XVI, la de Santa Mariana de Jesús, el Sagrado Corazón de Jesús, también encontramos en la parte izquierda del altar mayor la imagen de San Sebastián, dentro de las pinturas encontramos en la parte superior de los lados del retablo mayor a cuatro Papas franciscanos Sixto IV, Pío III, Sixto V y Alejandro IV, con sus respectivas tiras doradas, correspondiente al siglo XVII.

Dentro de tan preciosas manifestaciones del arte encontramos a la Virgen de Piedra, es un escultura con más antigüedad que el convento ya que data de 1575, es probablemente una copia de la Virgen de las Mercedes, está hecha de una sola piedra y artísticamente es bastante primitiva y casi desproporcionada, tenía varios devotos que realizaban peregrinaciones hasta el Pichincha para pedirle misericordia que no ocurran los fenómenos naturales que en esa época asechaban la tranquilidad de sus habitantes, en este lugar permaneció por algo más de 80 años.

PÚLPITO
El púlpito de San Diego sin duda representa la joya más preciada, su forma se asemeja a un cáliz, pero un cáliz muy bello por su forma y proporciones, se le asigna a Juan Bautista Menacho, de 1738, es el segundo mejor púlpito de Latinoamérica, está conformado por siete esculturas superpuestas, las cuales se le atribuyen a Caspicara; resaltan las tallas de cinco santos Doctores de la Orden Franciscana que se alojan en nichos tan bien tallados, que se encuentran formando el copón, sobre este se encuentra el relevante tornavoz formado por cinco columnas decoradas las que se unen en el centro y forman en la parte superior la base de un pequeño pedestal sobre el que se observa una estatua de San Buenaventura en actitud de predicar.

PUERTA DE PIEDRA
Constituye otro elemento interesante, situado tras el altar mayor, esta puerta esta tallada en piedra y aproximadamente su peso es al igual a una tonelada, la misma cuenta con un ingenioso sistema de giro la cual podemos abrir bajo una pequeña presión, al interior de esta podemos encontrar un osario en donde reposan algunos esqueletos, su forma es redonda similar a la olla del Panecillo, se encuentra también la pintura mural descubierta en 1978, la virgen de los dolores acompañada a sus lados de Santo Domingo y San Francisco. 

PINTURA MURAL
La pintura mural que se halla alrededor del patio de la Cruz fue encontrada por primera vez en 1973, cuando la sacristana Madre Sofía Luna encargaba a un albañil pintar los muros de color blanco, al resbalarse la escalera se raspara una parte de la cal, donde Sor Sofía observó un tono verde oliva y con sus uñas empezó a raspar la cal, mirando que daba como resultado un delicado rostro diciendo dejase de pintar al albañil, es desde entonces que se comprobó que en San Diego no habían solamente esos corredores fríos sino eran más vistosos y coloridos, destacando ciertas partes de la vida de Jesús. Lo que hoy miramos es todo lo que se ha podido rescatar de tan valiosa manifestación del arte todo de manera original, pero para una mejor apreciación de ellos se encuentran las copias en la parte superior del claustro.

PATIO DE LA CRUZ
Es el patio del claustro principal en cuyo centro se levanta un humilladero de piedra, que se destaca entre higueras y rosales, sobre las paredes y ventanas de las celdas que le rodean. Lleva la fecha de concluida la misma: «Acabose, dice, a 6 de junio de 1626». 

Es pequeño, perfectamente cuadrado, rodeado de veinte arcos semicirculares de piedra que reposan sobre sus columnas y encima de los cuales se levantan las celdas y claustros del piso superior.

Esta cruz se ha constituido, con el pasar de los tiempos, en una insigne figura por la cual han transitado destacados personajes en la vida religiosa, como el mismo Padre Manuel de Almeida(LEYENDA), Santa Marianita de Jesús, Paredes y Flores, la Primera Santa Ecuatoriana y Terciaria Franciscana, el Padre José María Aguirre, Restaurador de Nuestra Provincia y Monseñor José María Yerovi, Arzobispo de Quito, entre otro. Ellos acostumbraban a dedicar su plegaria al Padre Dios desde este lugar, que siempre les fue muy familiar.



Museo Convento Del Buen Pastor

Está ubicado en el parque de La Recoleta.
El museo convento fue edificado por el fray Pedro Bedón. Cuando construyó esta obra, Bedón se basó en la moda de la época porque las llamadas recoletas surgieron en el contexto del movimiento contrarreformista español. Por lo general se escogían los sitios apartados, a fin de que sirvieran de refugios espirituales. Los dominicos auspiciaron esta obra. Las primeras religiosas llegaron desde Canadá en 1871. Fue por pedido del entonces presidente Gabriel García Moreno. El propósito era crear un centro de acogida para la reeducación, rehabilitación y guía espiritual de mujeres abandonadas, huérfanas o que habían incurrido en actos de delincuencia y prostitución.

La iglesia es abovedada de una sola nave y tiene cúpula sobre el altar mayor. Junto al lado izquierdo de la iglesia existe una puerta de tipo colonial que lleva al visitante al museo.

Antes de ingresar podemos observar un hermoso patio, inmenso, del tamaño de una cancha de fútbol, adornado por una escultura central y jardines, está en el medio de una edificación tipo cuadrangular, en el centro de este se encuentra El Buen Pastor representado en una escultura de piedra traída desde Latacunga; desde aquí se puede observar las habitaciones de las monjas del Buen Pastor. Todas ellas se conservan intactas desde la fundación del inmueble, y algunas incluso tienen hasta la decoración de la época, estas cuentan con: una cama, un armario, una cómoda y un reclinatorio que revelan la sencillez con la que viven las religiosas.

Junto al puerta de ingreso, en la planta baja, están las dos primeras salas del museo, la de historia debido a que aquí se guarda recuerdos desde el año en que se fundó el convento como varios oleos del siglo XIX y la dedicada a la Virgen. 

Nos vamos a dirigir a la tercera sala, la cual se encuentra en el segundo piso, para esto vamos a asender por unas escaleras antiguas, las cuales tienen casi veinte escalones. La tercera sala no es sino una especie de galpón de unos 40 metros de largo. Sobresalen varios óleos del siglo XIX, al igual que una buena colección de las monjas fundadoras del Buen Pastor.

En una especie de anaquel, se conserva el cáliz del vino envenenado que tomó monseñor Ignacio Checa y Barba, en el año de 1877, cuyo crimen fue atribuido a los masones.



Museo Monacal Santa Catalina De Siena 

Se menciona la importancia y el objetivo de los lienzos y esculturas religiosas en la evangelización de la fe católica mediante la catequesis fundamentada en las verdades divinas y como estas representaciones religiosas influyen en la devoción popular. Además, el reconocimiento de estos bienes artísticos a nivel mundial como Patrimonio Cultural de la Humanidad que gracias a las Madres se conservan en el tiempo, siendo ellas sus albaceas y por supuesto las instituciones culturales las encargadas de la puesta en el valor de cada bien patrimonial para formar parte integradora y testimonial del valioso Centro Histórico de Quito.

El Museo Monacal desarrolla varias temáticas:
  • Evangelización
  • Historia de la Orden de predicadores
  • Vida de Jesús
  • Advocaciones de la Virgen María 
  • Sala de Restos
  • Los Textiles y la Orfebrería
  • Sala de Escultura 
  • Salas de Exposición
Se encuentran lienzos y esculturas de la época colonial la mayoría de autores anónimos y algunos atribuidos a artistas reconocidos de la Escuela Quiteña, así tenemos a Bernardo de Legarda, Manuel Samaniego, Enrique Mideros, obras de la Escuela de Rodríguez y Samaniego.

Sala Múltiple o de San Vicente de Ferrer.-
El objetivo Principal de crear obras de arte religioso fue con el propósito fundamental de evangelizar en territorio americano, dado que Europa al iniciar la Reforma principios del siglo XVI, la iglesia Católica para contrarrestar este movimiento da paso a la creación de nuevas advocaciones a través del Concilio de Trento celebrado el 13 de diciembre de 1545 en varias etapas donde se determina que: Sobre el culto a la Virgen y a los santos, El concilio afirma que ambos son lícitos, porque en ellos, en especial la Santísima Virgen, son intercesores eficaces ante Dios, y sus imágenes son útiles para facilitar la piedad del pueblo cristiano.

En esta sala se tiene las siguientes obras:

Santa Ana tuvo el honor de ser la madre de la Virgen María y abuela de nuestro Señor Jesucristo. Su nombre significa “Bienhechora”, y es considerada patrona de los mineros siendo Jesús el Oro y María la plata, antiguas tradiciones dicen que su hija María se la concedió Dios, después de orar con mucha fe por años y años. La niña María es la clave de la alianza de Dios con el hombre en el Nuevo Testamento.

María Magdalena.- Óleo sobre lata, Siglo XIX, Anónimo.
Su nombre significa “Preferida por Dios”. Representa a la mujer que estuvo al lado de Jesús y quién lavó los pies con perfume y demostró gran gratitud a Jesús; después de haber sido perdonada.

San Francisco de Asís.- Óleo sobre lata, siglo XIX, Anónimo.
Vida.- Nació en Asís-Italia, en 1182, como todo joven de su época a Francisco le agradaba asistir a fiestas, y reuniones, su padre, Don Pedro Bernardone, tenía uno delos mejores almacenes de telas de la ciudad y prácticamente al joven le sobraba dinero, no le llamaba la atención ni los estudios ni los negocios, pero tenía la cualidad de no negar un favor o una ayuda a un pobre siempre que pudiera hacerlo. La guerra entre Asís y la ciudad de Perugia, fue decisiva para discernir que su verdadera vocación era servir a Dios a los 20 años de edad, razón por la cual su padre le negó la herencia, y Francisco por lo contrario se dedicó a la predicación del Evangelio desde la pobreza. Murió a los 44 años en Roma por el año de 1224. Los ecologistas lo estiman porque fue amigo de las aves, peces, el agua y de todos los elementos de la madre tierra.

Iconografía.- Su vestimenta corresponde a los franciscanos con su sayal de color café y con el cordón con tres nudos en representación de los votos realizados: Pobreza, Obediencia y Castidad, además de los estigmas que recibió San Francisco en el Monte Alverna.

San Juan de la Cruz.- Óleo sobre lienzo, Siglo XX, Anónimo.
San Vicente Ferrer.- Óleo sobre lienzo, siglo XIX-XX, Anónimo.
La Sangre Divina.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Anónimo.
La Virgen del Rosario y las Almas del Purgatorio.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Anónimo.

La Virgen del Rosario (Patrona de la Orden de los Predicadores) y su poder ahora frente a almas del purgatorio, abogando por su salvación y otorgar el premio de la vida eterna en presencia de Dios. Acompañada por Santo Domingo y Santa Catalina de Siena. También podemos observar la presencia de dogmas de la fe cristiana, el purgatorio, el infierno y el limbo.

El Rosario y la Alegoría de los Continentes.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Manuel Samaniego.
Obra única donde se contempla en un primer plano la Santísima Trinidad, en un segundo nivel a la Virgen María, a Santo Domingo y Santa Catalina de Siena y al final representantes de los Continentes Americano, Europeo, Africano y Asiático. Se observa el rezo del Santo Rosario por el Mundo y su salvación por el sacrificio de la sangre de Jesús.

  • Santa Clara.- Óleo sobre lienzo, Siglo XIX, Anónimo.
  • Santa Marianita de Jesús.- Óleo sobre lienzo, Siglo XX, Anónimo.
  • Santa Rosa de Lima.- Óleo sobre lienzo, Siglo XX, Anónimo.
  • Niño de Praga.- Escultura anónima.
  • Santa Bárbara Virgen y Mártir.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Escuela de Samaniego.
  • Pared de la Historia de la Orden de Predicadores.
  • Santo Domingo de Guzmán.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII-XIX. Anónimo
  • San Francisco de Asís.- Óleo sobre lienzo, siglo XVIII-XIX. Anónimo.
  • Santa Catalina de Siena.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVII. Escuela Europea
Mapa del Ecuador.- Pintura en tela. Fray Enrique Vaca Galindo año 1906.

El Claustro Es un lugar donde se mantiene el silencio profundo, no es permitido hablar en voz alta ni correr. A los lados se ubican las celdas de las monjitas, encima de cada puerta se encuentra el nombre de un santo protector.

Santas Dominicas.- Óleo sobre lienzo, Siglo XIX. Anónimo.
Sala de Nacimientos, Sagrada Familia o de Santo Domingo
Nacimiento.- Madera Policromada, Siglo XVIII, atribuido a Bernardo de Legarda. Conjunto escultórico del gran artista.

La Sagrada Familia y San Juan.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Anónimo.
La Adoración del niño Jesús.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVII, Anónimo.
En Nacimiento de Jesús.- óleo sobre lienzo, Siglo XIX, Anónimo.
Mater Amabilis.- Representación del amor de la Virgen María al Niño Jesús, símbolo del amor fraterno de una madre a su hijo.
La Huida de Egipto.- Óleo sobre lienzo, Siglo XIX, Anónimo.
San José y el Niño.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Anónimo.
La Familia de Jesús.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Anónimo.

Sala de la Pasión o de Santo Tomás 
Tiene las siguientes obras:
La flagelación de Jesús.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Escuela de Samaniego. 
Jesús de la Columna.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Anónimo.
Señor de la Misericordia.- óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Anónimo.
Cirineo ayuda a Jesús.- Óleo sobre lienzo, Siglo XIX, Anónimo.
El Calvario.- Madera policromada, Siglo XIX, Anónimo.
El Calvario.- Óleo sobre lienzo, Siglo XIX, Anónimo.
Crucifijos.- Madera Policromada, Siglo XIX, Anónimo.
Jesús Salvador.- Madera Policromada, Siglo XX, Anónimo.

Sala de la Virgen maría
Aquí se representa las diferentes advocaciones de la Virgen María, nombres dados de acuerdo al lugar o acontecimiento relacionado con la Virgen María.

Virgen de la Merced.- Óleo sobre lienzo, Siglo XX, Anónimo.
Virgen de Tránsito.- Madera Encarna, Siglo XVIII, Anónimo.
Virgen del Quinche.- Óleo sobre lienzo, Siglo XX, Anónimo.
La Piedad.- Óleo sobre lienzo, Siglo XIX, anónimo.
Virgen Dolorosa.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo
La Divina Pastora.- Óleo sobre lienzo, Siglo XVII, Atribuido a Manuel Samaniego. 
Virgen de la Escalera.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
Virgen de la Escalera.- óleo sobre lienzo, Siglo XVIII, Escuela de Samaniego.
Virgen del Rosario de Pompeya.- Óleo sobre lienzo, Siglo XX, Anónimo.
Virgen del Carmen.- Óleo sobre lienzo, Siglo XX, Anónimo.

Sala Restos.-
Al final del pasillo se ubica un Coro 
Finalmente un espacio para conocer la narración verídica de la Aparición de Santo Domingo en el monasterio en el año de 1972.

Segundo Piso.-
Textiles.- Una de las labores mejor realizadas por la Madres del Claustro es el bordado con los hilos de oro y plata. Diversos vestidos de las vírgenes, santos, ornamentos para los sacerdotes (albas, estolas, casullas y capas) y todo lo concerniente para el culto divino (manteles, corporales, palias, purificadores).

Orfebrería.- Los artesanos en la colonia trabajaban con láminas de plata que martillaban con finos cinceles sobre moldes prediseñados. Las obras que se exhiben son: 1 Acetre, 1 Sagrario, 1 Atril y una luna de gran formato.

Crucifixión.- Óleo sobre lienzo, Siglo XX, Fray Enrique Mideros.

Vitrina de Lámparas y Floreros.- Todos recolectados de la sacristía del Convento, servían para el culto divino.

Coro Alto
Taller de Nazareth.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
El Señor de la Justicia.- Madera Encarnada, Siglo XX, Anónimo.
La Niña María.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
San Vicente Ferrer.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
San Antonio de Padua.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
San Martín de Porres.- madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
Atributos.- Escoba en sus manos y en algunos casos la presencia del perro, el gato y el ratón comiendo del mismo plato.
Virgen Inmaculada.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
Virgen de Quito.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
Virgen de las Lajas.- Piedra, Siglo XVIII, Anónimo
San Joaquín y Santa Ana.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
Virgen del Rosario.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
San Jerónimo.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anonimo.
Nacimientos.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
Virgen de la Peña de Francia.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo
Calvario.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo
Nacimiento Grande.- Madera Encarnada, Siglo XVIII, Anónimo.
San Roque.- Óleo sobre madera, Siglo XIX, Anónimo.

Interior de la Iglesia.-
Al interior se compone de una sola nave, delimitada del ingreso por el nártex con piso de piedra, puertas laterales y una mampara de madera, el sotacoro con cielo raso y dos columnas dóricas que sostienen el marco de la reja con celosías del coro alto; existiendo dos coros más que se ubican en la ala oeste del altar mayor y otro detrás del mismo dividiendo el coro en forma de media naranja, desde donde las Madres contemplativas cantan la liturgia de las horas o lectura divina por las necesidades del mundo entero.

El altar mayor está adornado con la imagen de Cristo Crucificado del siglo XVI, dentro del Baldaquino del orden clásico (origen italiano a igual los latones que cubren el techo), conformado por cuatro paredes de columnas jónicas doradas en pan de oro y al frente se halla un altar de mármol, hacia los lados dos lienzos anónimos de gran escala con epístolas del Antiguo Testamento.

En las enjustas de los arcos principales, ubicados frente al presbiterio y en las laterales tenemos pinturas en las que resaltan los Santos Dominicos y vida de la Virgen María y Jesús contrastado con el color y textura de las paredes policromadas en tonalidades ocres y blancas.

En la parte sur occidental de la iglesia se encuentra la fosa, lugar donde fue enterrado el ex presidente García moreno.

El púlpito está ubicado en la parte occidental de la iglesia, y está decorado con pocos elementos como las guirnaldas y bucarabes.

La iglesia posee ocho retablos, cuatro a cada lado, dos se conservan en piedra, son dedicados a la Virgen del Rosario, a Santo Domingo, a San Vicente Ferrer, a san José, al Calvario, a Santa Catalina de Siena entre los que sobresale el Jesús Crucificado. Estos retablos, como en la mayoría de elementos del monasterio, son muy sencillos.

Finalmente el recorrido termina en el campanario de donde se percibe una nueva vista del Quito colonial desde el barrio de San Marcos, popular por ser vecindario de grandes artistas y gente noble de la colonia. Se opta por una leyenda o las profecías de una Monjita y/o contestar preguntas de los turistas. 



Museo Fray Antonio Rodríguez Gúapulo 

A partir del 4 de diciembre del 2001 en el interior del santuario Franciscano de Nuestra señora de Guápulo iglesia y la antigua sacristía han sido habilitadas como museo, el cual funciona bajo supervisión franciscana.

El museo tiene tres salas de exposición con obras restauradas, la restauración del santuario de Guápulo y sus bienes culturales fueron realizados desde 19987 hasta 1993.

Lugar donde encontramos pinturas, esculturas y muebles de arte religioso de los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX y XX. Francisco Commtte y El Calvario. Atención de lunes a sábado 9:00 a 13:00 y 14:00 a 18:00 horas.

A partir del 04 de Diciembre del 2001 en el interior del Santuario Franciscano de Nuestra Señora de Guápulo, (Iglesia y la antigua Sacristía), han sido habilitados como museo, el cual funciona bajo responsabilidad de la Comunidad Franciscana.

Se muestran tres salas de exposición con obras restauradas por el convenio Ecuador- España.

La restauración de Santuario de Guápulo y de sus bienes culturales fueron realizados desde 1987 hasta 1993.

Sitios Visitados
El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, perteneciente al siglo XVII, posee decoración de yesería de estilo abaresco, de una sola nave abovedada de 60 metros de largo por 27 metros de ancho, en el cual trabajaron importantes artistas para su ornamentación como : Diego de Robles, Miguel de Santiago, Nicolás Javier Goríbar, Juan Bautista Menacho, Cristóbal Gualoto, Manuel Samaniego y otros artistas.

Retablo del Altar Mayor
El Retablo Principal primitivo se destruyó en uno de los incendios en 1839, juntamente con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, que fue tallada por el artista toledano Diego de Robles y que la policromó el pintor Luis de Rivera, en el siglo XVI.

El retablo actual es obra de los hermanos Tejada realizada en el año de 1935. La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe data de 1953 y es obra del artista Montesdeoca.

Los hermanos Tejada tallaron el actual retablo inspirados en uno de los doce lienzos de Miguel de Santiago del siglo XVII, en el cual se observa de fondo el antiguo Retablo Mayor.

Es un retablo realizado en madera de cedro y decoración en pan de oro, en el nicho central tenemos una réplica de la Virgen de Guadalupe, en las partes laterales los cuatro evangelistas, cuatro apóstoles, y cuatro profetas menores ( de abajo hacia arriba )

MUSEO
Primera Sala de exhibición

Ubicada en la antigua sacristía del Santuario, es llamada también “Sala de los Milagros de la Virgen de Guápulo”.
Aquí encontramos la obra cumbre del máximo exponente del arte colonial, el pintor quiteño del siglo XVII, Miguel de Santiago, que representa en doce lienzos “Los Milagros de la Virgen de Guadalupe”.

Lo más importante de estos cuadros es la incorporación del paisaje andino, como elemento nuevo en este siglo.
Dentro de esta sala podemos apreciar pinturas anónimas como: “San Narciso de Portugal”, el “Arcángel San Gabriel”, “San Jerónimo”; pintura tabular con escenas de la “Anunciación” y la “Visitación”.
Se exhiben ornamentos litúrgicos que eran utilizados para la celebración de la Santa Misa en el siglo XIX, tales como: casulla, dalmática, estola, manípulo, todos éstos bordados con hilos de oro y seda. Además tenemos esculturas anónimas del siglo XVIII y platería sacra, entre ellas están cálices, acetre, hisopo, incensario, dos candelabros (con decoración de coral rojo), copones, ciriales, cruz procesional, etc.

Segunda Sala de exhibición

En la segunda sala se exhiben obras como:

“Virgen María”, escritura anónima del siglo XVI, siendo ésta la más antigua del museo con decoración de pan de oro.
“Crucifijo”, escultura anónima del siglo XVII, el brillo que posee lo conseguía el artista frotando la vejiga del cordero sobre la misma con saliva.
“Cómoda”, mueble anónimo del siglo XVII, policromado y dorado con pan de oro.
“Fraileros”, anónimos del siglo XIII, utilizados por los frailes, realizados en madera y cuero repujado.
“Ángeles, esculturas anónimas del siglo XVIII, poseen “ojos de vidrio” característica propia de este siglo.
Pinturas anónimas del siglo XIX como: “La Virgen María Madre de la Soledad”.
“ Las Bodas de Canaán, representa el primer milagro de nuestro Señor Jesucristo.
Decoraciones marianas como “Columnas de plata” y “Mariolas”, anónimas del siglo XIX.

Tercera Sala de exhibición
En ésta observamos obras como: “el Calvario”, conjunto escultórico del siglo XVIII, del autor anónimo.

“Bargueños”, anónimos del siglo XVIII, mueble decorado con la técnica de la taracea. “Tenebrario” tallado en madera, en el siglo XVII.
Pinturas y esculturas anónimas del siglo XIX como: “San Pedro de Alcántara”, “La concesión de dones por parte de la Virgen de los devotos”, ”San Antonio de Padua”, “Señor de Río “ y un “Ángel”.

Todo esto y mucho más usted puede observar en el interior del Primer Santuario Mariano del Ecuador y su Museo Franciscano “Fray Antonio Rodríguez.




Museo Nacional De Arte Colonial 

Devido a l trabajo de Fray Hernando de Granada se logró establecer, previa solicitud, los predios que serían asignados a la congregación religiosa para los fines que creyeran convenientes dentro de su legado religioso. Es así que en actas para 1535 se da como hecho la presencia de mercedarios en territorio Quiteño. 

“En los solares donados por el Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad a la Comunidad Mercedaria, en la persona del P. Fr. Hernando de Granada, Capellán del Adelantado D. Sebastián de Benalcázar, se construyeron, en un área de 29 000 metros cuadrados el suntuoso templo y sus monumentales claustros.” (PROAÑO, 1969, pág. 11)

La orden mercedaria conto con el favor del Cabildo y de Gonzalo Pizarro, que en comparación con el avance de las obras en la construcción de la iglesia y convento no se vio reflejado el apoyo recibido durante el siglo XVI. Una de las posibles explicaciones, y la más loable es la falta de personal para llevar a cabo las tareas necesarias.

“Afirma el deán Sánchez Solmirón que “la imagen de la Santísima Virgen de la Merced es la primera que hubo en los principios de la fundación de esta ciudad”” (VARGAS J. M., 2005, pág. 157) refiriéndose claramente a Quito. Destaca por el material en el que está realizada, fue necesaria la selección del mejor material de las canteras del Pichincha para su elaboración. En esta representación de la Virgen lleva al Niño en el brazo izquierdo, en ademan de comunicación afectuosa con su hijo.

Monseñor Gonzales Suarez y Joel Monroy creen que la representación de la Virgen responde a un ídolo de piedra llamado María Meseia en los pueblos de la Costa, conjetura que se sustenta en la necesidad de los cristianos de remplazar todas las idolatrías con sus propios santos. 

El hecho que volcó la devoción de la Ciudad a esta imagen corresponde a la erupción del Pichincha el 8 de septiembre de 1575, en el cual se atribuyó a la Virgen la salvedad de Quito. Por lo cual en los años subsiguientes se acordó entre el poder político y eclesiástico de aquel entonces celebrar cada año una fiesta en honor a los favores recibidos y a manera de muestra de gratitud hacia la Bienhechora. 

Dentro de la estructura del convento, que será analizada con mayor detalle en las siguientes instancias. “La capilla de San Juan de Letrán (fundada como capellanía en 1559) es la única huela de la primera época” (ESCUDERO, Convento de la Merced, 2012, pág. 77), misma que fue creada bajo el auspicio del Capitán don Diego de Sandoval, quien antes de su muerte tomara las providencias necesarias para garantizar que sus herederos continuarían haciéndose cargo de la misma. Esta estructura se encuentra adosada al brazo izquierdo de la Iglesia de la Merced.

Para mediados del siglo XVII el cronista Rodríguez de Ocampo describe de la siguiente manera la iglesia y el convento. “La iglesia es de cal y canto con artesones dorados, retablo grande con imágenes de pincel al oleo, sagrario y relicario del Santísimo, estimable, y en medio de la sacristía la imagen de Nuestra Señora, de piedra, tan milagrosa, como se ha referido. Tiene por colaterales la capilla de Santa Catalina mártir…, y las demás capillas que se sieguen por el cuerpo de la iglesia, son las del Santísimo Crucifijo, muy devoto, y de Nuestra Señora…. Síguense otros altares de San Lorenzo mártir, y de San Pedro Nolasco, San Ramón y demás santos de la devoción de esta religión.

El claustro primero alto y bajo es de arquería, pilares de piedra, todo de cal y canto, con imaginería traída de España, de la vida de San Pedro Nolasco, curiosa pintura; y otro segundo claustro bajo, donde se contiene más celdas, refectorio, y demás oficinas y sacristía, la cual está adornada de lucidos y ricos ornamentos y se sirve el culto divino con la reverencia debida. (Relaciones geográficas, Vol. III, Ap. I, p. LXVII)” (VARGAS J. M., 2005, págs. 161-162)

La edificación aquí mencionada por Ocampo fue la que soporto los sismos de 1645 y 1660, sin embargo quedo gravemente afectada en el terremoto de 1698, este sismo destruyo también las ciudades de Ambato y Latacunga. Frente a esta situación los mercedarios debieron verse en la necesidad de replantearse la construcción de una nueva edificación donde se encontrara la primera. 

El padre Francisco de la Carrea inicio las gestiones correspondientes para esta nueva edificación y esto en el proceso de construcción de la misma, fue nombrado como obrero mayor el padre Felipe Calderón quien se hizo cargo del control de los trabajos. Desde el 24 de septiembre de 1700 se inició el proceso de remoción de escombros y la preparación de los materiales para la nueva edificación, se estableció que la primera parte en ser construida fuera el presbiterio, en busca de mantener las funciones religiosas del cuerpo antiguo de la edificación. “El lunes 15 de enero de 1701 se abrieron los cimientos de la parte derribada, para iniciar la construcción. En ese mismo día los padres firmaron el contrato con el arquitecto quiteño José Jaime Ortiz…” (VARGAS J. M., 2005, pág. 163)

José Jaime Ortiz tomo la Compañía como base para su modelo, incluyendo sus dimensiones, en su obra se dejo ver la influencia del hermano Marcos Guerra, con la utilización de la bóveda de caño y la cúpula circular de crucero.

“La iglesia tiene planta de cruz latina y consta de tres naves: una central y dos laterales; la torre de franco abolengo árabe, está situada junto a la puerta principal, su portada esta sobriamente distribuida en dos partes, con remate triangular que descansa sobre el arco de la amplia ventana que ilumina el coro. Detrás de esta portada se encuentra una mampara de piedra labrada única en Quito, obra maestra compuesta por dos pilares ornamentales con pequeñas columnas y en la mitad se abren dos hornacinas, que alojan las imágenes petras de la Virgen María y de San José. La nave central consta de un artesón abovedado de medio punto, ornamentado con detalles decorativos interesantes, magníficos retablos y altares tallados en madera y cubiertos con laminas de oro bruñido, columnas de diversos estilos, estípites caprichosos, telamones y embutidos de raro carácter, en armonía con estilo barroco renacentista de la fachada y del nártex, que forman un hermoso conjunto con su amplio atrio.” (PROAÑO, 1969, págs. 11-12)

En lo que al claustro el padre Proaño refiere lo siguiente; “… está compuesto por un bellísimo patio, que tiene 29 metros por cada lado, ceñido por doble galería superpuesta de arcos semicirculares apeados sobre columnas cortas. La galería inferior tiene 36 arcos y 72 la superior y ambas con 3,67 metros de anchura.

El patio del claustro principal es enladrillado y lo fue siempre. A juzgar por la inscripción que se halla grabada sobre un pilar, donde se lee: “este patio se enladrillo por 2da vez, el año de 1804”; al centro se halla la pileta…. ” (PROAÑO, 1969, pág. 12)

Dentro del recinto del patio del convento se puede apreciar también la cruz de piedra que ocupara antes un espacio en el atrio, esta fue restaurada y removida a este lugar el 24 de mayo de 1925 según el historiador mercedario anteriormente nombrado.

Los mercedarios llevan en sus registros los nombres de los artesanos e imagineros que elaboraron muchas de las obras que se encuentran decorando las esquinas del claustro bajo. Entre estos datos podemos mencionar que durante el provincialato del padre Francisco de Puebla se construyeron los retablos de San José, San Juan Bautista y San Pedro Nolasco, además del retablo de San Ramón Nonato, mismos que fueron creación de Gabriel Guillachamín, en tanto que de la mano de artistas como Francisco Pérez Sanguino y Lorenzo Salazar fueron dándose forma las esculturas respectivas. 

En los archivos mercedarios se destaca la participación de Antonio Gualoto en el dorado de retablos, imágenes y pinturas que adornan espacios intermedios dentro del claustro. Y en el año de 1652 se menciona el inicio de la construcción de la pileta, seguramente diseño dado por uno de los hábiles artistas que intervino en la Merced, tomando forma gracias a los hábiles picapedreros de Quito, su construcción coincide con la de San Agustín. Lo que destaca en esta es la imagen del dios Neptuno y su tridente en su fuste.

Siguiendo la historia narrada por Rodríguez Ocampo se refiere a serie de la vida de San Pedro Nolasco (fundador de la Orden Mercedaria), compuesta por 22 lienzos de los cuales en la actualidad se conservan 6 en los muros del claustro bajo. Estas pinturas fueron realizadas por Francisco de Zurbarán en 1641, como réplica de los lienzos de la Merced de Sevilla, bajo el encargo del padre Andrés Sola quien los hizo traer desde España.

En el claustro superior en cambio se encuentra la serie de 24 lienzos de la vida y milagros de San Francisco Xavier, realizada por Hernando de la Cruz, estos cuadros fueron dados en pago de una deuda por parte de los jesuitas a los mercedarios. 

A continuación se detalla algunas de las obras pictóricas que se pueden apreciar tanto en el primer claustro como en el Museo Mercedario de Arte Colonial y al interior de la iglesia, los datos que se presentan corresponden a la compilación realizada por el padre Proaño. 

La Adoración de San Juan Bautista a Nuestro Señor Jesucristo – Francisco de Ribalta (Europeo)
Huida de la sagrada familia – Manuel de Samaniego (Atribuido), finales del S. XVIII
Jesús, María y José en el hogar de Nazaret – anónimo, escuela quiteña
La divina Pastora con el Habito de La Merced – Bernardo Rodríguez
La Beata Trinidad de las Llagas en éxtasis – Joaquín Pinto
La oración del Huerto – Víctor Mideros
San Pedro Nolasco rescata a los cautivos encarcelados en las mazmorras – Miguel de Santiago
Oración – Víctor Mideros
Adoración de María Santísima al Niño Jesús – José Antonio Corregio
La Inmaculada con el escudo de la Orden Mercedaria - Bernardo Rodríguez. 
El sacrificio de Isaac – Manuel de Samaniego
Santa Natalia de Tolosa, Virgen Mercedaria – Joaquín Pinto
Vera effiguies de la Virgen María – Casimir Cortez
Nuestra Señora de la Merced, sus santos y religiosos de la Provincia Mercedaria de Quito – Rafael Salas
Nuestra Señora de la Merced con San Pedro Nolasco y san Jacinto & Nuestra señora de la Merced con San Pedro Nolasco y San Ramón Nonato. – Escuela Cuzqueña mediados del siglo XVII
Nuestra Señora la Peregrina de Quito y sus milagros – Rafael Salas
La Virgen del Volcán – Francisco Astutillo
Las faenas cotidianas de la Sagrada Familia en Nazaret – anónimo, siglo XVIII
Vida de San Pedro Nolasco – Francisco Albán, mediados del S. XVIII
Viacrucis - Joaquín Pinto
Cuatro estaciones – atribuido a Miguel de Santiago
Los milagros de la Virgen – Víctor Mideros.

La escultura abarca muchos aspectos dentro de las estructuras existentes en el recinto, siendo entre lo que más destaca las imágenes y los retablos. Entre las múltiples esculturas que posee este lugar se destaca la presencia de piezas de la escuela Italiana, Cuencana, Quiteña sin duda alguna, siendo esta la que mayor representación tiene. 

“En las pechinas del crucero lucen talladas y policromadas las figuras de los cuatro doctores latinos de la Iglesia Católica: San Gregorio, Papa; San Agustín, San Jerónimo; y San Ambrosio; fueron ejecutados por el maestro Uríaco, lo mismo que la trinidad colocada en el ultimo cuerpo superior del retablo mayor…. Trabajadas en 1736” (PROAÑO, 1969, pág. 212)

A continuación se detalla algunas de las obras escultóricas que se pueden apreciar tanto en el primer claustro como en el Museo Mercedario de Arte Colonial y al interior de la iglesia, los datos que se presentan corresponden a la compilación realizada por el padre Proaño.

Imagen de Nuestra Señora de la Merced realizada en piedra, estofada con oro. – Anónimo.
Señor Divino Amor – Bernardo de Legarda
Crucifijo en madera de balsa – Diego de Robles
Niño Jesús dormido – Manuel Chili
Cristo Crucificado (Coro de la Iglesia) – Atribuido a José Olmos ( Pampite)
Niña María – Manuel Chili
Inmaculada Quiteña & Inmaculada con diadema y alas de plata – Bernardo de Legarda.


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